No es un domingo más. Pasado el receso de invierno, comienza el Clausura de la AIFZN y el Blanco recibe a Lagartos con las ganas de siempre y la incorporación de uno de los jugadores salido de la cantera que cumplió el sueño futbolero de todos los que amamos este deporte, como es competir en primera y que ahora viene a jugar con sus amigos de la infancia, sin la presión de la profesionalidad pero con el compromiso de hacerlo por la camiseta que lo vio nacer.
La Cancha 1, Hernán Dvorkin, con tribunas colmadas y gente a los costados sentada en sillas o en el pasto, mate en mano, esperando ver un gran partido y atenta a todos y cada uno de los movimientos de Juan Manuel Sanchez Miño, el Negro para nosotros.
Imposible suponer que no atrae las miradas de locales y visitantes: su estampa, sus movimientos elegantes (acaso los que peinamos canas reconozcamos su parecido futbolístico con Fernando Redondo), la precisión de esos pases de 40 metros y esa característica de todo crack: la pelota siempre pegada a la zurda y la cabeza bien levantada.
Solo los que estuvieron muy atentos pudieron notar cómo les hablaba a sus compañeros para ordenarlos o para avisarles si los “comían” o estaban “solos” para girar, porque su voz no se escuchaba. Lejos de pretender marcar diferencias por su condición de ex jugador profesional, su juego solo hizo mejor el juego de sus compañeros.
El partido terminó siendo un empate, con un gol por bando. Se enfrentaron dos equipos que van a estar nuevamente en la pelea. Cada uno con su estilo de juego y sus herramientas. Cardales suma un jugador que le va a aportar no solo desde el juego, sino desde el orden y la confianza. Bienvenido Negrito. Y gracias, muchas gracias por volver.
Por Alfredo Somalo.
Fotografías: María Mac Lean
Acerca del autor de la nota: Alfredo Somalo es socio de LCCC desde el año 1986. Fanático de River, juega con en el equipo Súper Maxi de Los Cardales cada sábado. Su pasión futbolera que se suma a la de la escritura, lo llevó a desgranar el vicio desde su Instagram «Fútbol en Cardales«. Allí, semana a semana, va narrando las peripecias de muchos de los equipos que representan los colores del country en este deporte. Nacho y Fran, sus hijos, integran el plantel de la Selección Blanca de quien Alfred es su principal «hincha». Y su hija, Cata, muchas veces despunta el vicio congelando imágenes con su cámara. ¡Gracias Alfredo!
